Estamos a una semana del último eclipse de 2025: un eclipse solar (Luna Nueva) en Virgo. Los eclipses siempre marcan comienzos y finales predestinados, pero los eclipses de septiembre han dejado claro algo: no hay vuelta atrás. La ilusión se desvaneció hace mucho tiempo.
Consideren esto:
Un eclipse solar es un evento astronómico que ocurre cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, oscureciendo la luz del Sol y creando un manto de oscuridad en la Tierra. En la antigüedad, nuestros antepasados asociaban los eclipses con presagios, e interpretaban los eclipses solares específicamente como el ascenso y la caída de líderes prominentes. Dado que los eclipses oscurecen la luz e iluminan la oscuridad, a menudo podemos experimentar revelaciones y epifanías sobre los aspectos sombríos del signo eclipsado. Así que ahora, profundicemos un poco en Virgo.
En su máxima expresión, Virgo encarna la claridad, el discernimiento y la sagrada labor de servicio, sanación y reparación. Pero los eclipses sacan a la superficie las sombras, y este eclipse solar en Virgo magnifica las distorsiones de esa energía: el afán de controlar lo incontrolable, la necesidad compulsiva de racionalizar, el uso de la crítica como arma.
Hemos visto cómo esto se desarrolla tras la muerte de Charlie Kirk, mientras las voces se apresuran a apropiarse de la narrativa y adaptarla a sus propias agendas políticas. Esa es la sombra de Virgo: organizar el pensamiento al servicio del prejuicio, aferrándose a un análisis, que justifica la crueldad.
Otra característica importante de este eclipse es su oposición con Saturno, retrógrado y ubicado en el anarético (el grado final y más inestable) de Piscis. Un planeta al final de un signo es como una edificio al borde de un precipicio: tiembla, se desestabiliza y presagia un colapso. Saturno, aquí, representa restricción, gobierno y autoridad, sometidos al peso de finales que no pueden controlar.
Desde el 1 de septiembre, Saturno se encuentra en este grado, y para el momento del eclipse estará mirando directamente al Sol y la Luna en Virgo. Piscis es el océano de los sueños y el inconsciente, y Saturno retrógrado en este grado se siente como intentar construir muros durante una marea creciente. No es de extrañar que la realidad se sienta cada día más surrealista: el tiempo mismo se desmorona, las reglas se disuelven y lo que creíamos sólido se nos escapa de las manos.
Matizando el cuadro Júpiter en Cáncer: gente común que se alza para defender el hogar, para alimentar a los vulnerables, para encarnar la esperanza cuando los gobiernos y las instituciones nos fallan.
Este eclipse nos recuerda lo que siempre ha sido cierto: la labor de sanación, protección y reconstrucción no viene de la autoridad. Tenemos que ocuparnos nosotros. Siempre lo hemos hecho. Y bajo la exaltada luz de Júpiter, recordamos que cuando actuamos con valentía y cuidado, nos convertimos en los portadores de la esperanza que el mundo espera.
Como siempre, es importante recordar que la astrología se desarrolla en diferentes líneas de tiempo. Existe la línea de tiempo colectiva y la nuestra. Durante estos días, observa cómo se manifiesta esta energía en tu carta astral. Ubica tu casa Virgo.
Reflexiona sobre cómo estas área de tu vida experimenta fuertes movimientos desde marzo de este año.
Puede que toque navegar en la sombra: queriendo movernos con total empuje, pero estamos aprendiendo a moderar, aprendiendo a controlar. No lo dudes que incluso en la sombra, la transformación está ocurriendo.
Si llegaste hasta aquí, gracias por tu atención. Que cada uno de nosotros tenga la valentía de discernir, reparar y actuar con cuidado en estos tiempos. Te mando mucho cariño.